martes, 1 de diciembre de 2009

AUTOESTIMA E IMAGEN CORPORAL



Nuestro funcionamiento social (relación de pareja, profesión o amigos) depende del modo en que nos sentimos con nosotros mismos, siendo la autoestima la clave que nos ayuda a comprender nuestros logros y fracasos. Los componentes centrales de la autoestima son la autovaloración y la autoaceptación o amor propio.

La autovaloración es la percepción de la persona que creemos ser: nuestra imagen corporal, nuestras habilidades y el conjunto de elementos que configuran nuestra personalidad. La autoaceptación significa aceptar la persona que somos, con cualidades y defectos. El amor propio es el sentirse a gusto con lo que somos y con lo que hacemos.

Una autoestima baja afectará la sensación interna de seguridad y de bienestar psicológico por lo que el funcionamiento social será inadecuado. Una autoestima alta por el contrario influirá positivamente en el funcionamiento social.

La imagen que tenemos de nosotros mismos tiene como uno de sus componentes principales la imagen corporal. El modo en que nos sentimos con ella influye en la manera en que nos valoramos y se desarrolla bajo la influencia de los siguientes factores:

Elogios, críticas y demás valoraciones que realizan las personas significativas para uno.

Valoración que hacemos de nuestro propio atractivo físico y que es reforzado por el grado de aceptación o de rechazo que recibimos de los demás.

La influencia de los medios de comunicación social, que imponen modas y patrones estéticos utilizando modelos y personajes que representan el ideal de belleza que se desea imponer.

Los medios de comunicación difunden estereotipos de belleza asociados con el prestigio social, la elegancia, el éxito y la salud. Así, el culto moderno hacia la delgadez como figura ideal, hace que muchas personas se sientan descontentas con su propio cuerpo, lo que provoca la aparición de trastornos emocionales ya que este ideal no siempre resulta accesible en función del genotipo u otras razones culturales. No es raro entonces encontrar jóvenes con anorexia, trastorno que no solo se caracteriza por evitar comer para no engordar, sino también por la no aceptación de sí mismo como persona. Igualmente se reportan los casos de jóvenes varones con el trastorno denominado vigorexia, caracterizado por la búsqueda obsesiva del aumento de la musculatura.

También podemos encontrar personas que rechazan alguna parte de su cuerpo y recurren a la cirugía, opción aceptable cuando en realidad existe alguna deformación física que dañe su autoestima, lo que no ocurre en los casos que mencionamos y en los cuales la distorsión del esquema corporal se produce por su comparación con ese ideal de belleza acuñado por los medios.

La educación debe propiciar que las personas no busquen de manera desenfrenada e irreflexiva la imitación de estos modelos ya que conduce a la distorsión del esquema corporal y el autorrechazo.

Para una buena autoestima hay que buscar la belleza y el atractivo personal mediante:

la adopción de buenos hábitos de aseo personal; realización de ejercicios físicos de manera racional; una dieta saludable; el orden que implica la compostura al andar, hablar, sentarse, gesticular y el cultivo del buen gusto en el vestir (que no significa necesariamente hacerlo con ropas costosas)



la búsqueda de la armonía y la tranquilidad interior.





Lic. Maricruz Quesada, Psicóloga




Consultorio Real Santamaría, Heredia
consultoriomaricruz@hotmail.com / Tel.: 2263-4574
compartido por Mariajo.
fuente:

http://www.saborysalud.com/content/articles/521/1/Autoestima-e-imagen-corporal/Page1.html




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